jueves, 12 de septiembre de 2013

Pasión y Lugar.

Estar al lado de alguien que no solo te gusta, si no de sentir tu corazón palpitar desenfrenadamente como nunca nadie lo ha hecho antes con una sola caricia, a no ser que sea esa persona a la que quiere tu corazón. Sentir pasar sus dedos por tu cuerpo haciéndote erizar la piel  y mirar sus labios fijamente para desear que tus labios entren en contacto con los suyos.
Perder el control cuando recorre con sus suaves labios cada parte de tu cuello, agitando tu respiración y respirando profundo para no perder el control.
Es verdad que solo importa estar el uno y el otro para coger su mano y hacerla sentir segura contigo, y después caminar de noche a solas por la playa bajo la luna llena, o caminar por la montaña y parar cerca del lago, bajo 
la luna que refleja e ilumina  al bosque, y desatar esa pasión plasmándolo en el corazón con fuego de lava. Y hacer sorprender a esa persona esforzándote, pero también ver a esa persona sorprendida por tu esfuerzo, y saber que te quiere aún más y que su corazón no se equivoca, a pesar de que el tiempo haga estragos o errores que cometiste en el pasado.
Algunas veces el lugar también importa porque es donde se plasma la pasión, en donde el recuerdo perdura hasta la muerte y en el que el esfuerzo que haces por esa persona, lo haces para que sea feliz, porque su felicidad te hace feliz.

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